Que bonito recuerdo el de salir de la escuela y el que tú me vinieras a buscar con una sonrisa en la cara, me cogieras de la mano e ir a la panadería de enfrente, comprar nuestro dulce preferido, llegar a tú casa, aquella casa que no volví a pisar desde entonces, y sentarnos juntas a merendar aquellos buñuelos recién hechos, aquellos que me hacían soltar una pequeña risita por la capa de azúcar que dejaba en tus labios y que no te dabas cuenta.
Que bonito recuerdo el de tu casa de Cambrils, en el que entrabamos todos los primos corriendo por la puerta, trayendo 14 besos cada uno, guardados sólo para tí.
Que bonito recuerdo el de tus últimos Viernes, el mejor día de la semana, en el que tus tres nietos mas cercanos íbamos a comer nuestros macarrones favoritos. -"Los macarrones de la abuela, si que estaban buenos". Decíamos. Bonitos son todos los recuerdos.
Pero sólo se quedará en eso, recuerdos, y cuando solo quedan los recuerdos, no queda nada.
Aun así, no te preocupes abuela, si te vuelan los recuerdos, siempre estaremos contigo para escribirlos de nuevo, y buscaré ese lugar donde escapa tu mirada... para encontrarnos allí y hablar de nosotras.
Siento que no sonrías como antes, siento que algunas noches tengas miedo, aunque te coja de la mano. Siento que me mires y no me veas, siento que no recuerdes mi cara. Me sentiré orgullosa de llevar tus apellidos, orgullosa de que por mis venas fluya la misma sangre. Y gracias por cuidarme cuando me subía la fiebre y lloraba sin parar o sin motivo...gracias, por tratar de que nunca me faltara al menos lo imprescindible.
Te quiero, aunque a veces no te lo llegase a decir.
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