martes, 27 de agosto de 2013

Querido señor Bernard:

Admitimos el hecho de tener que quedarnos castigados todo un sábado por habernos portado mal, pero pensamos que está usted loco al intentar forzarnos a escribir un ensayo explicándole quiénes creemos ser, porque usted simplemente nos ve como quiere vernos. En pocas palabras, la definición más conveniente sería que hemos sacado en limpio lo que hay en cada uno de nosotros:
un cerebro
un atleta
una irresponsable
una princesa
y un criminal. 

¿Contesta eso a su pregunta? 




















Atentamente le saluda, El club de los cinco.

miércoles, 7 de agosto de 2013

Ya no damos trabajo a ese idiota de cupido.

Hay un lenguaje universal que todos entendemos, y a veces poco lo comprendemos. No es verbal, no hace falta; son gestos, son miradas. ¿Hay cosa más bonita que un detalle? No quiero que me regalen los oídos si mucho más fuerte es un silencio. A veces las palabras sobran. A veces el cielo se tiñe de negro cuando menos nos lo esperamos. De repente suena el teléfono, yo solo espero que no sea nadie. Será que él siempre fue precipicio y a mi siempre me gustó caer... borrones y nuevas cuentas. Y de p el sentido al sinsentido . Y de pronto tú.

Fantastic us

El mundo nos sonreía. Las olas golpeaban contra las rocas de una manera diferente, o así lo quería imaginar yo. Notaba la brisa pasar cuidadosamente cerca de mis oídos, y la notaba bruscamente al cerrar los ojos. Un olor intenso pero que pasaba desapercibido recorría la zona. Y es que a mí siempre me ha enamorado el olor a Pipa. Elegí buen momento para no meterme en el agua a jugar con las olas. Me pase un buen rato mirando al cielo frunciendo el ceño, apoyada sobre mis brazos mientras el sol intentaba ponerme morena inútilmente. Bajé la mirada para ver la gente bañándose en el mar, y ahí estaban, haciendo el garrulo para variar. Me quede con eso, no participaba en ese momento pero me encantó verlas jugando como niñas sin importar quien las miraba en ese preciso momento.Y lo que me gusta inmortalizar esos momentos, congelarlos, fotografiarlos en mi mente, imborrables. Inmortales. Las observaba con una sonrisa de oreja oreja, la misma con la que se estaban divirtiendo ellas. No las quiero perder nunca pensaba. Y siempre me he preguntado si existía algo mejor que esos pequeños detalles. Qué grande es la amistad joder...