miércoles, 7 de agosto de 2013
Ya no damos trabajo a ese idiota de cupido.
Hay un lenguaje universal que todos entendemos, y a veces poco lo comprendemos. No es verbal, no hace falta; son gestos, son miradas. ¿Hay cosa más bonita que un detalle? No quiero que me regalen los oídos si mucho más fuerte es un silencio. A veces las palabras sobran. A veces el cielo se tiñe de negro cuando menos nos lo esperamos. De repente suena el teléfono, yo solo espero que no sea nadie. Será que él siempre fue precipicio y a mi siempre me gustó caer...Y de pronto borrones y nuevas cuentas. Y de pronto el sentido al sinsentido . Y de pronto tú.
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